Ubicada en los cerros centro orientales de Bogotá, la parroquia San Alberto Hurtado acoge a cerca de 14.000 habitantes de estratos 1 y 2, en los barrios El Dorado, El Consuelo, Vitelma y el sector de La Selva; en la Localidad tercera de Santa Fe.
Este sector y los barrios vecinos comenzaron a ser atendidos pastoralmente, y casi desde sus orígenes, por la Parroquia de San Marcos; en el año 1972 paso a ser parte de la Parroquia San Francisco Javier, regentada por los padres Jesuítas.
En el año 1962 se organizó en el barrio El Dorado el comité pro-templo, que aglutinó a casi toda la población empeñada en hacer una capilla, esta “capilla” es hoy el templo parroquial. Más de 20 años duró su construcción y se llamaba "Capilla de la Resurrección”, símbolo del trabajo comunitario de la gente del sector.
En la década de los 70 también comenzó la construcción del colegio de Fe y Alegría dirigido por religiosas hasta su cierre, prácticamente indefinido, en diciembre del año 2012.
En el año 1977 llegan las Hermanas Carmelitas Vedrunas a vivir en el barrio El Consuelo y desde aquella época han tenido un trabajo social continuo en educación, seguridad alimentaria y salud.
La atención pastoral de parte de los sacerdotes siempre fue a la distancia, primero por la parroquia de San Marcos y luego desde Villa Javier.
En el año 1993, el P. Jorge Eduardo Serrano, SJ., es designado párroco en San Javier y fija su residencia en el barrio El Dorado. En esta etapa se formó un grupo estable de varias señoras del barrio que se llamó “grupo de Liturgia” y se encargaron de varias actividades pastorales hasta el año 2001. Algunas de estas personas continúan hoy comprometidas en el trabajo pastoral.
Otros párrocos en períodos cortos: P. Mario Franco, SJ. P. Iván Viera, SJ. P. Hildefonso Rincón, SJ. Durante este tiempo el trabajo de acompañamiento pastoral contó con la colaboración de jóvenes estudiantes jesuitas en asambleas familiares, grupos juveniles y catequesis.
En noviembre de 2001 llega un grupo de jesuitas a vivir definitivamente en el barrio, con la intención de configurar una parroquia independiente de San Javier: el P. Gonzalo Castro, SJ., fue designado director del nuevo proyecto bajo la figura de delegación parroquial Beato Alberto Hurtado.
En el año 2002 se traza la plataforma estratégica de la nueva Parroquia y el primero de noviembre de 2004 es erigida canónicamente, y es nombrado párroco el P. Gonzalo Castro, SJ.
Le susedieron en el cargo:
P. Jorge Alberto Camacho Ch., SJ., 2006-2009;
P. Alejandro Londoño, SJ., 2009-2010;
P. Pablo César Gil C., SJ., 2010-2012;
P. Víctor Alonso Herrera G., SJ., 2012-2013.
